Jorge: | Atravieso un colchón de nubes hasta que el cielo se abre bajo un sol radiante... aparecen dunas sin un solo árbol ni arbusto... sobrevuelo un desierto reseco... |
María: | ¿Qué es eso, Jorge? ¿Me estás describiendo un sueño? |
Jorge: | No, aunque la sequedad de este desierto es el sueño de todo arqueólogo: a medida que pasaban los milenios, allí se desarrollaron varias culturas; y la aridez del terreno preservó su mayor legado: las kilométricas líneas de Nazca. |
María: | Ah, cuando dijiste eso de que volabas, parecía que hablabas de un sueño. ¡Pero estás hablando de las famosas líneas de Nazca! |