Jorge: | María, me gustaría contarte una historia que quiso la fortuna que ocurriese en la ciudad de Santa Fe, en el noreste argentino. |
María: | ¡Me interesa! ¡Allí se firmó la Constitución Argentina! |
Jorge: | Sí, la ciudad supo tener sus años de gloria. Al estar a orillas del imponente río Paraná, era una parada obligada cuando se navegaba por la región. Por ahí se pudo acceder al Río de la Plata, ir al norte hasta Paraguay, e incluso emprender caminos hacia el Alto Perú. Incluso hoy, por su puerto pasan los cereales cultivados en las pampas que suben a los barcos para ir a Europa. |
María: | ¡El río Paraná es algo increíble! Nunca deja de sorprenderme. Tiene su propia personalidad y humores. Es un río temperamental, que crece y desciende su caudal con las estaciones, y al menos una vez al año provoca inundaciones. |