Todos hemos sentido
placer o quizás
alivio gracias a un repentino momento de
claridad o inspiración. Cuando
un dilema se resuelve repentinamente y de un momento a otro pasamos
de la confusión a la comprensión, decimos
jovialmente que
se nos prendió el foco. Esta expresión utiliza el
foco - o
bombilla en algunos países - para describir una
epifanía. La revelación de una
respuesta es algo emocionante porque usualmente llega después de un
prolongado periodo de frustración; un
bloqueo mental. Por eso, el foco es un símbolo perfecto para las epifanías porque,
en un abrir y cerrar de ojos,
puede anular la oscuridad, que representa
lo desconocido.