El fuego es un
símbolo poderoso que puede representar muchas cosas para nosotros. Pero
en todos sus posibles significados, lo que siempre es cierto es que
deja su marca. El fuego cambia
lo que toca, deja
quemaduras y cuando consume algo totalmente deja detrás
cenizas. Esa es
la idea detrás de la expresión que estamos explorando hoy; que después de un gran evento,
que altera y transforma las cosas, siempre queda algo
que nos recuerda lo que pasó. A veces lo que
permanece es algo muy frágil como las cenizas, pero aún así
es suficiente para recordar y en algunos casos
reavivar el fuego.