No tenemos miedo
Una vez más, queridos oyentes, el mundo es víctima de un ataque terrorista por parte del fundamentalismo. Y una vez más, hemos quedado mudos. En esta ocasión, los ataques se cometieron entre el miércoles 16 y el viernes 18 de agosto en la región de Cataluña, en España, y el responsable fue ISIS.
El miércoles, en Alcanar, se produjo una explosión en una casa residencial. Días después nos enteramos de que fue un accidente: allí había 100 pipetas de gas con las que los terroristas planeaban producir una gran explosión en algún lugar de Cataluña. El jueves, lastimosamente, la suerte fue diferente. Un camión entró en la Rambla, emblemática calle peatonal y epicentro turístico de la ciudad de Barcelona. Y allí, el camión zigzagueó por 600 metros, dejando muchas víctimas. El viernes, en Cambrils, un pueblo costero de Cataluña, un carro entró al paseo marítimo, buscando replicar el ataque de la Rambla. Por fortuna, el carro se volcó y la policía mató a los ocupantes, los cuales llevaban explosivos falsos.
El problema de la movilidad urbana
A mí, la verdad, no me gustan los metros subterráneos de ninguna de las ciudades que conozco. Me molestan esos desplazamientos bajo tierra, los olores a encierro y a sudor, la oscuridad detrás de los cristales. Además, pienso que las caras de la gente, entre disgustadas y alienadas, nos representan muy bien como sociedad: una sobrepoblación de individualistas. Sin embargo, es claro para mí que toda ciudad debe dar prioridad a la movilidad colectiva, antes que al carro particular. En este sentido, no cabe duda de que el metro es un sistema de transporte excelente.
Así, hay un metro que sobre
La mafia del aguacate
Desde hace algunas semanas, el periódico The Guardian viene presentando distintos reportajes alrededor del fenómeno del aguacate. Y digo fenómeno, ciertamente, pues el mundo por fuera de América Latina continúa descubriendo este delicioso alimento, todavía indefinido en su identidad de fruta… o vegetal.
Así, por ejemplo, el pasado 6 de agosto un reportaje reveló que incluso México estaba considerando importar aguacates. ¿Cómo? Se preguntarán muchos. ¿No es México un gran productor de aguacates? Así es, queridos oyentes, y la noticia es impactante para todos, aunque mucho más para los mexica
Maradona y sus excesos de opinión
Diego Armando Maradona, esa vieja estrella del fútbol, ese argentino universal, es quizá uno de los futbolistas más importantes del planeta. Y tan importante es que en su país se le considera un... Dios. Así es, queridos oyentes. Y no es un dios en un sentido retórico y exagerado. No. Maradona es un Dios con templos, fieles, oraciones y ritos.
Ahora bien, cuando pienso en Maradona como un Dios se me vienen a la mente esos dioses griegos que no representaban la perfección. Eran dioses volubles, caprichosos, movidos por excesos y pasiones que hoy los tendrían en prisión. Y ni quiero imaginar
El anciano más bello del mundo
No hay duda de que vivimos, quizá como nunca en la historia de la humanidad, la dictadura de la belleza y, por extensión, de la juventud. Los hombres y las mujeres, cualquiera sea su inclinación sexual, son hoy prisioneros de cánones estéticos globales. Ropas, maquillajes, cortes de pelo, tonificaciones musculares y cirugías estéticas contribuyen a alcanzar estos ideales de belleza. Así, seguidamente, todos vamos uniformados, anhelando el mismo peinado, la misma ropa, y el mismo cuerpo que el futbolista y la modelo del momento, alimentando una carrera contra la edad que no tendrá fin. Y es que