Frutas y verduras se pudren en los campos de Reino Unido por la falta de temporeros extranjeros
A los políticos populistas les encanta culpar a los inmigrantes de los males de la sociedad. Y también a alguno más que, siendo o no populista, se deja llevar por el sentimiento xenófobo. En materia de trabajo, el atractivo de esta idea reside en su lógica sencilla y, en apariencia, irrefutable: los de fuera vienen y nos quitan el trabajo.
En época de elecciones, cuando los políticos están más tentados de recurrir a la demagogia, al electorado no le resulta fácil distinguir las verdades de las mentiras. Los medios de comunicación están permanentemente inundados con los mítines y las declaraciones de los políticos, y es difícil evaluar la información con una mínima objetividad. Quizá eso explica, en parte, por qué muchos electores acaban votando lo de siempre, aunque las propuestas de su partido en realidad no les convenzan demasiado.
El holocausto de la industria cárnica española
Hará cinco o seis años, agentes de operaciones especiales de la Guardia Civil asaltaron de madrugada viviendas de varias ciudades españolas. Era una acción coordinada, como las que se organizan para detener a terroristas y criminales peligrosos. Pero, quienes emergieron con las manos esposadas, custodiados por agentes armados hasta los dientes y acompañados de perros, fueron unos cuantos activistas de organizaciones en defensa de los animales.
Imagino que los activistas se habrían colado en algún matadero, para documentar los abusos contra los animales de la industria cárnica española, que movi
Sito Miñaco, el Pablo Escobar español
Cuando el otro día me enteré de que habían detenido a Sito Miñaco, tuve que mirar dos veces la fecha de la noticia. Fue el pasado 5 de febrero, pero al ver el titular creí estar de vuelta en los noventa. En esa época, Miñaco era uno de los narcotraficantes más buscados de España, pero en 1994 le cayeron 20 años, y nunca más se supo de él.
Su verdadero nombre es José Ramón Prado Bugallo, pero es su alias, Sito Miñaco, el que está grabado en la consciencia colectiva de los españoles. Al escucharlo de nuevo, después de todos estos años, casi me ocurre lo mismo que con la música de Julio Iglesias,
El extraño taller juvenil sobre drogas de las fiestas de Santa Eulalia
Cuando llueve en Barcelona el día de la virgen de la Mercè, la patrona de la ciudad, dicen que es porque llora Santa Eulalia. “La Laia”, como también se conoce a Santa Eulalia, fue patrona de la capital catalana hasta el siglo XVII, y está triste porque los barceloneses la dejaron de lado, en favor de la Mercè.
Pero, en realidad, Barcelona nunca olvidó a Santa Eulalia, y sus fiestas, que se celebraron los pasados días 9 al 12 de febrero, disfrutan de una enorme popularidad. Bailes tradicionales, desfiles de gigantes, dragones y diablos, y muchas otras expresiones de la cultura popular catalana.
La metalurgia alemana entra en el siglo XXI
Estando hace años en una empresa que atravesaba dificultades, me ofrecí para trabajar menos horas. Me atraía la idea de tener más tiempo para mí, y podía apañarme con un salario menor. Además, la empresa estaba despidiendo a muchos compañeros, e imaginé que si unos cuantos hubiéramos reducido nuestra jornada de trabajo, se habrían podido evitar algunos despidos.
Al escuchar mi propuesta, el director me miró como si jamás hubiera oído idea más descabellada. La empresa quería a los buenos trabajadores a tiempo completo, me dijo. Y los “no tan buenos”… en fin, ya se lo imaginan. Unos meses después