Quizá sea esto lo que sienten los seguidores de Putin cuando lo escuchan dar un discurso, pensé mientras veía en el móvil las declaraciones de Trump tras su victoria en las primarias republicanas de Iowa. El expresidente estaba, por motivos obvios, de buen humor. Se mostró, incluso, magnánimo en la victoria, felicitando a los otros candidatos republicanos. Y después se lanzó a pregonar, un poco sin ton ni son, algunas de las maravillas de la que espera sea su segunda presidencia: la bonanza de nuevas prospecciones petrolíferas; el fin —de un plumazo de su mano— de la guerra de Ucrania, y del c
Es curioso: mientras que el Taipei Times se refiere al presidente electo taiwanés como William Lai, la mayoría de periódicos occidentales parecen decantarse por el nombre Lai Ching-te. Yo creo que, al ser este señor un médico, y aunque no ejerza, deberíamos llamarlo respetuosamente Dr. Lai. Como hicimos toda la vida en España con el Dr. Iglesias —el padre del cantante Julio Iglesias—, que también era médico, aún décadas después de que se hubiera retirado.
En fin, con título honorífico o sin él, el Sr. Lai, como todos los demócratas taiwaneses, merece, creo, nuestro más profundo respeto. A parti
Si, hace 20 años, las costas gallegas se tiñeron de negro por el vertido del Prestige, este principio de año se vieron cubiertas por una marea blanca de pellets. En comparación con las impactantes imágenes, hace dos décadas, del crudo emponzoñando el litoral de Galicia —aves marinas, moribundas, cubiertas de las patas a la cabeza por la negra sustancia, el agua del mar convertida en espeso chapapote—, estas pequeñas bolitas de plástico parecen casi inofensivas.
Las apariencias, sin embargo, pueden ser engañosas. En su momento, limpiar las miles de toneladas de petróleo derramado por el petroler
Confieso que yo soy más del Black Friday de sofá. Las colas de madrugada en la tienda, las carreras al abrirse las puertas, el ocasional codazo, si es necesario, para hacerse con el objeto deseado —codiciado, incluso— me resultan del todo ajenos.
Está claro que, a muchos —es evidente por las imágenes que transcienden cada año—, estas cosas les divierten. Quizá, incluso, les dan un pequeño subidón de adrenalina. A ellos, mi versión del Black Friday les resultaría, sospecho, sumamente aburrida. Cuando hay un producto que me interesa, con frecuencia algo de electrónica, me paso horas frente a la p
Uno de mis tesoros de juventud son los recuerdos del verano que pasé en Ibiza. Mis tíos habían alquilado una planta baja cerca de una bonita cala. Un lugar simple, pero limpio y espacioso. Recuerdo el agradable frescor del suelo de terrazo bajo mis pies, cuando mis primos y yo volvíamos acalorados de coger cangrejos entre las rocas de la cala.
Desde entonces han pasado décadas, y yo no he vuelto a Ibiza. Me pregunto qué aspecto tendrá la vieja casa. Quizá en su lugar haya ahora un chalet de lujo, pero, aunque todavía sea la misma sencilla edificación de antes, dudo mucho que, hoy en día, mis tí