¿
Alguna vez te han contado algo tan increíble
que simplemente no podías creerlo hasta verlo con tus propios ojos? Sí la respuesta es “sí” entonces ya conoces bien esta expresión favorita de los
incrédulos. Aquellos que no están convencidos de algo
hasta que lo tienen justo frente a ellos acostumbran decir
ver para creer.
La frase en sí no tiene nada qué ocultar, significa exactamente lo que dice. Cuando decimos que debemos
ver para creer, indicamos que
dudamos la veracidad de un hecho o evento
que nos han relatado y que
necesitaríamos ser testigos del mismo para
poder confirmarlo y finalmente creer.