Laura: | Imagínate que mañana te levantas, vas a recoger el correo y te llega una carta en la que te comunican que has recibido una herencia de ocho millones de euros. |
David: | ¿Me estás tomando el pelo? De todas maneras, eso es imposible, Laura. No tengo parientes ricos. La herencia tendría que venir de un desconocido. |
Laura: | Eso es lo que pasó hace unas semanas en Barcelona. Una anciana de 80 años dejó 8,3 millones de euros a la Universidad de Vic y a la delegación de Cáritas de la misma ciudad para becas y ayudas a mayores. |
David: | ¡Qué casualidad! Hace también unas semanas, leí en The New York Times que una anónima secretaria de 96 años de un bufete de abogados de Nueva York donó en herencia 8,2 millones de dólares para becas educativas. |