¡Hola, y bienvenidos todos a un nuevo episodio de Advanced Spanish! Soy Gonzalo, y estamos a miércoles, 27 de septiembre de 2017. Abrimos nuestro programa de hoy con las elecciones alemanas, y la enésima batalla entre los partidos democráticos tradicionales y las fuerzas del populismo radical.

Ya lo han visto ustedes en las noticias; Merkel ha ganado, y la derecha radical y populista de Alternativa por Alemania (AfD) ha entrado holgadamente en el parlamento alemán, tras las elecciones nacionales del pasado 24 de septiembre. Ahora hay que ver cómo se forma gobierno.

Parece haber pocas dudas de que la inmigración ha sido la principal preocupación de los electores. Y también parece claro que los 8 puntos que ha perdido la coalición CDU/CSU liderada por Merkel, en relación a las elecciones de 2013, tienen mucho que ver con la política migratoria de la canciller. Y con los alrededor de 1,3 millones de inmigrantes que han llegado a Alemania con la crisis migratoria.

Se diría que hoy en día no se puede hablar de elecciones sin mencionar el populismo de extrema derecha. De la misma manera, yo pienso que en estos tiempos no se puede discutir de pesca sin hablar de sostenibilidad. Y, sin embargo, eso es exactamente lo que ha hecho la industria del atún en su último congreso mundial.

El pasado 17 de septiembre, el diario regional La Voz de Asturias publicaba un artículo titulado “¿Quién puede fabricar latas de atún a 0,99?”. En esta frase hay algo que no me cuadra. Las latas se fabrican, pero, ¿y el atún?

El atún es un ser vivo que lleva miles de años surcando los océanos. Algunos incluso lo consideran una de las criaturas más bellas del mar. Pero esa parte de la ecuación ha sido obviada en el anterior titular, donde lo importante es sin duda la lata. A veces sonreímos condescendientes ante el niño que dice que la leche viene del brik, pero las connotaciones aquí son virtua

La noticia anterior pone de relieve lo desconectados que algunos están de la naturaleza. ¿Cómo cambiar esta actitud? Quizá si los directivos de la industria atunera pasaran unos días plantando tomates en los huertos urbanos de Sevilla, empezarían a ver las cosas de otra manera...

Desde que tengo memoria, la humanidad ha tenido problemas. Problemas… serios. Muy serios, incluso. Pero, hace 25 ó 30 años, recuerdo solo un peligro lo suficientemente grave como para amenazar a la sociedad en su conjunto: la guerra nuclear. Desde entonces, han aparecido unos cuantos monstruos, feos y grandes, que le hacen la competencia de tú a tú al cataclismo nuclear.

Uno de los que menos se habla —por ser menos urgente en principio que, digamos, el cambio climático— es la Inteligencia Artificial (IA). Pero a mí es un monstruo que me da mucho miedo, por lo sigiloso que es, y por lo difícil q

Uno que necesita volver a conectarse, y de manera urgente, es el jefe de Ryanair, Michael O’Leary. Pero no ya con la naturaleza, sino con los demás seres humanos. En la siguiente noticia les contamos qué queremos decir con esto...

Durante unos años, Ryanair ha sido la compañía aérea que muchos europeos odiábamos amar. Cuando, hará unos 15 años, la aerolínea empezó a ampliar rutas y a ofrecer vuelos baratos, nos faltó tiempo a todos para subirnos a sus aviones. Pero, al poco, empezó a resultar obvio que la experiencia dejaba bastante que desear; los vuelos eran baratos por algo.

Con el tiempo, aparecieron otras aerolíneas de bajo coste con precios competitivos y mejor servicio, y ya hace algunos años que no vuelo con Ryanair. Más divertido que volar con ellos ha sido seguir las gamberradas en prensa de su CEO, Michael O’L

Pero, ¿puede —o debe— la ciencia reparar el daño causado por nuestra desconexión con el medio ambiente, de la que hablábamos antes? Es una controvertida e importante cuestión, que les proponemos como Featured Topic de Speaking Studio de esta semana.

Estos días, cuando veo reportajes sobre la naturaleza, no puedo evitar preguntarme si lo que aparece en la pantalla todavía existe. Es como si los documentales necesitaran ahora fecha de caducidad, o un aviso legal diciendo “no hay garantía de que estas imágenes se correspondan con la realidad”.

Pero, leyendo el artículo sobre los arrecifes de coral publicado en The New York Times el pasado 20 de septiembre, me doy cuenta de que estos documentales podrían ser importantes no ya para deleitarnos con las maravillas de la naturaleza, —o para deprimirnos, pensando en su pérdida— sino para reconstrui