¡Hola a todos, soy Gonzalo y les doy la bienvenida una semana más a nuestro programa Advanced Spanish! Hoy es miércoles, 13 de septiembre de 2017. Los gobernantes británicos andan tan preocupados últimamente con el Brexit que parece que tienen abandonado todo lo demás. Abrimos el programa de hoy con una noticia preocupante que llega desde el Reino Unido.

Ya se sabe que el sentido común es el menos común de los sentidos. Una máxima que se manifiesta con regularidad casi matemática cada vez que asistimos, perplejos, a la designación de altos cargos gubernamentales. Ministerios, Secretarías de Estado y demás puestos de responsabilidad se asignan según jerarquías de partido, o para premiar fidelidades políticas.

¿Consideraciones prácticas de adecuación al puesto? Suelen ignorarse. Es más, cada vez vemos más casos flagrantes de nombramiento de “troles”; candidatos designados con el objetivo de reventar desde dentro la institución pública que les es asignada. Un deporte, el “juego de troles”, al que el presidente Trump, por ejemplo, es muy aficionado.

Y de la contaminación atmosférica pasamos a la polución virtual en la web Instagram. Una serie de usuarios han convertido esta y otras redes sociales en un negocio, a base de recomendar productos a sus numerosos seguidores. Un negocio encubierto que parece que va a empezar a regularse, como les contamos a continuación.

En el clásico de Ridley Scott, Blade Runner, enormes naves espaciales sobrevuelan Los Ángeles a baja altura, rozando las azoteas de los edificios. Grandes pantallas adosadas al vientre de las naves muestran sugerentes vídeos publicitarios. Mientras, una voz anuncia “una nueva vida en las colonias espaciales” a un volumen atronador, que parece escucharse en toda la ciudad.

Las naves espaciales-anuncio ciertamente contribuían al ambiente opresivo creado por Scott para su película. Pero, aunque dudo mucho que en un par de años nos levantemos un mañana con una enorme nave espacial sobre nuestras ca

Seguir a los “influencers” de la noticia anterior es gratis, en cambio entrar a un museo en España cada vez cuesta más. ¿Es éste el futuro hacia el que queremos ir? ¿Consumismo versus cultura? De hecho, quisiera proponer este tema como Featured Topic para nuestras sesiones de Speaking Studio… porque seguro que no deja indiferente a nadie.

Decía Goethe que quien no conoce la historia está condenado a permanecer en la ignorancia, y vive al día. Pero, si el genio alemán levantara cabeza, descubriría cuánta gente vive al día en la edad de Internet.

No me cabe ninguna duda de que en Internet hay más información sobre la historia —y sobre muchos otros temas, obviamente— de la que podría leer en lo que me queda de vida. Y no hablo solo de descripciones textuales. Hoy en día existen recursos, como imágenes de alta resolución, que permiten ver, por poner un ejemplo, El Martirio de San Mateo, de Caravaggio, mejor que si uno tuviera la nar

Otro problema que se puede atribuir a la incompetencia de los gobernantes españoles, al igual que la falta de interés en los museos, es el problema de la ocupación ilegal de casas. A mí no me parece un problema difícil de solventar con la legislación adecuada, pero ya hace años que persiste y no se le da solución…

La ocupación ilegal de inmuebles, conocida en España como el fenómeno “okupa”, es un problemón en nuestro país. En un universo paralelo, quizá los okupas sean personajes sacados de una canción hippie de los 60; llevan flores en el pelo, y van de buen rollo. Convierten el descampado del barrio en un huerto orgánico. Y los vecinos no los denuncian, porque los okupas son majos, y les llevan frutas y verduras frescas.

Nada más lejos de la realidad, según contaba el diario “online” El Confidencial, en un artículo del pasado 3 de septiembre. Unos okupas se han instalado en varios pisos vacíos de Peña

Los okupas del artículo anterior no parecen tener miedo a que los denuncien. Los que sí temen ser demandados, en cambio, son los médicos, por lo que se protegen de la manera que les contamos en la última noticia del programa.

El pasado 6 de septiembre, The New York Times informaba de un estudio, publicado el mismo día en la revista científica PLOS ONE, según el cual la inmensa mayoría de los médicos norteamericanos creen que se trata de más a los pacientes. En promedio, los 2.106 médicos de la Asociación Médica Americana que participaron en el estudio estiman que un 20,6% de los tratamientos que se prescriben no son necesarios.

Las causas del sobretratamiento, según los propios médicos, son principalmente el miedo a las demandas y las exigencias de los pacientes. Y más de un 70% de los encuestados admite que se pres