El marketing navideño lleva años firmemente arraigado en nuestro país. Prueba de ello es que, cuando a uno le entra la nostalgia por las navidades de antaño, pocas cosas le trasladan más rápidamente al pasado que ver antiguos anuncios de televisión.
Viendo publicidad de otras épocas, la evolución en la forma resulta evidente. Hay anuncios de todo tipo, por supuesto. Pero los spots más sofisticados de la actualidad tienen una calidad cinematográfica que, hace años, hubiera sido impensable. De hecho, algunos anuncios destacados están dirigidos por cineastas de renombre.
En cuanto al fondo de la pu
El anuncio más esperado del año en España es quizá el de la lotería de navidad. Y, sin embargo, el spot de 2024 estuvo a punto de no emitirse. Después de las trágicas inundaciones que en octubre dejaron más de 200 muertos en Valencia, Jesús Huerta, el presidente de Loterías y Apuestas del Estado, se planteó cancelar la campaña publicitaria del sorteo de navidad de este año.
Dicen que, al final, Huertas decidió seguir adelante cuando vio en televisión la historia de una lotera valenciana que volvió a abrir las puertas de su administración tras las inundaciones. También ayudó, imagino, que uno de
Antonio Peña García, profesor de luminotecnia de la Universidad de Granada, escribía hace unos días en los medios sobre la iluminación navideña. “¿Nos hacen felices las luces de navidad?” se preguntaba el profesor Peña, y su conclusión —sorpresa, sorpresa— era que sí, que a la mayoría de gente sí.
Más interesante me parece otra pregunta que se hacía el Dr. Peña, y es cuánta iluminación es necesaria para hacernos felices. En nuestro país, desde hace ya varios años, diversas ciudades, con Vigo a la cabeza, han entrado en una carrera armamentística por ver quién monta el alumbrado navideño más esp
Os voy a contar una pequeña historia. Llega un hombre al estand de un dietista en una feria de alimentación. “¿Qué es ese cartel?” pregunta. “Informa qué alimentos son recomendables, y cuáles no, para seguir una dieta saludable”, responde el dietista. “Bueno, eso ya lo sabemos. Lo que pasa es que no lo hacemos", sentencia el hombre y, dándose la vuelta, se marcha, dejando pensativo al dietista.
Esto, que puede sonar a chiste, es una anécdota que contó como propia un lector del suplemento de salud de La Voz de Galicia. El lector contó esta vivencia en respuesta a un artículo reciente publicado p