Noé: | “Lo barato sale caro”. ¿Quién puede negar la sabiduría de esta frase? Es una de las verdades universales, ¿no te parece, María? |
María: | Absolutamente, Noé. Es una advertencia que debemos tener en cuenta todos los días de nuestra vida: las cosas baratas pueden llegar a costarnos muy caras. Y hay problemas que el dinero no puede solucionar. |
Noé: | ¿Estabas pensando en algo en particular? |
María: | Pues, sí. Lo primero que me viene a la mente es el caso de una amiga que compraba productos de maquillaje baratos de una marca en Venezuela que se llamaba “Princesita Maracucha”. Estaba muy orgullosa de su cosmética “low cost” y hasta incluso me criticaba por gastarme más dinero en un rímel o un pintalabios. |