El Parlamento alemán aprueba el matrimonio homosexual
Creo que desde que tengo uso de razón, siempre me he preguntado por qué la gente tiene necesidad de casarse. Bien es cierto que las cifras de matrimonios, al menos en los países más desarrollados, tienden a disminuir año tras año (en España, por poner un ejemplo, el número de divorcios al año ya ha superado al de matrimonios). Sin embargo, muchísimas personas aún preservan la ilusión de contraer nupcias con esa persona que, en teoría, ha de acompañarles por el resto de su existencia. Supongo que se trata de los últimos residuos de una educación religiosa que, aunque ya esté en retirada en las aulas del Primer Mundo, aún ejerce cierta influencia en el inconsciente colectivo. Pero si me parece extraño que alguien, al día de hoy, desee contraer matrimonio, me parece aún más incomprensible que una persona homosexual desee hacerlo. Tomando en cuenta que las instituciones gubernamentales, por no hablar de la Iglesia, siempre han reprimido a los homosexuales, negándoles participar, entre muchas cosas, del absurdo juego matrimonial, pues… no veo yo la razón de que justamente esas personas deseen ahora formar parte de ese mismo sistema opresor. No sé ustedes, pero yo lo veo como una manera de dar las gracias a quien siempre te ha maltratado y “ninguneado”. Si como heterosexual siempre me he opuesto al matrimonio, pues como homosexual ya no les quiero ni contar. “No, muchas gracias, no quiero saber nada de ustedes”, sería mi orgullosa respuesta y a continuación les daría la espalda para continuar libremente mi camino.
Donald Trump cae cada vez más bajo
No sé cuántas veces habré dicho estas mismas palabras a lo largo del presente año, pero aquí voy de nuevo: Donald Trump ha rebasado esta vez todos los límites.
Sí, otra vez. Y lo ha hecho de nuevo a través de Twitter, como no podía ser de otra manera. Una vez más, el presidente más rabioso y mentalmente inestable de la historia de Estados Unidos se levantó iracundo la mañana del 29 de junio, e hizo lo que mejor sabe hacer: vomitar a través de las redes sociales. Esta vez sus víctimas fueron dos populares presentadores de televisión, quienes en su programa nunca han ahorrado críticas en con
Un helicóptero recrudece la crisis venezolana
Tengo varios amigos venezolanos que me dicen, en voz baja y en tono humorístico, que la principal causa de todo lo que está ocurriendo en Venezuela es la obsesión del país con las telenovelas, mejor conocidas como “culebrones”. Sólo eso puede explicar que cada nuevo acontecimiento diario supere en inverosimilitud al anterior, y además que aquello genere una intriga y una expectativa que llevan a todos los venezolanos a desear conocer el desenlace, o al menos la continuación del emocionante episodio. Por desgracia, ya son dieciocho los años, los mismos que lleva el chavismo en el poder, durante
¿Llegará algún día el verdadero final de la violencia en Colombia?
Finalmente, llegó el día que tantos colombianos habían estado aguardando. Por desgracia, no se trata de la llegada de la paz. Se trata más bien de la representación simbólica de la tan ansiada paz. Algo es algo.
El pasado 27 de junio se escenificó en el campamento Mariana Páez, en la región de Mesetas, el adiós a las armas por parte de las FARC, la principal guerrilla colombiana que sembró el país de miles de muertos durante sus 53 años de existencia. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, acompañado por el comandante de las FARC, Timoleón Jiménez, mejor conocido como “Timochenko”,
Michel Temer se aferra al sillón presidencial
Brasil, como no podía ser de otra manera, continúa enfangándose en el lodo de la corrupción. Desde hace años sus principales dirigentes se han visto envueltos en terribles escándalos públicos, algo que ha derivado en una constante situación de ingobernabilidad.
Michel Temer, el actual presidente brasileño, está luchando en estos momentos a vida o muerte por mantenerse en su cargo. Pareciera querer aferrarse al sillón presidencial con uñas y dientes. A pesar de la abrumadora cantidad de pruebas que lo relacionan con un amplio entramado de corrupción y favores al más alto nivel, Michel Temer