¿Son los hoteles sin niños la solución?
5 September 2018
Tengo un amigo al que le encanta el ciclismo. Algunos domingos, en lugar de dormir hasta tarde, se levanta a las cinco y media de la mañana. A las seis ya está subido en la bici, camino de su puerto de montaña favorito. Y a eso de las nueve, cuando los turistas empiezan a dejarse ver por la carretera, él ya está de vuelta, tomándose el café.En parte lo hace para evitar el calor, pero también por la tranquilidad. A esas horas no hay tráfico, ni nadie a la vista. Solo escucha el sonido del viento en los árboles, y el latido de su corazón. Hoy en día, experimentar una tranquilidad así se ha vuelt