“Flamencos verdes” — Green flamingos
Más allá de los edificios, en cada dirección, se veía solo densa vegetación, montañas y cielos claros. Era una visión imposible, extraída de las páginas de una novela de fantasía. Una ciudad perdida…
Pero no la encontré abandonada y en ruinas, sino llena de vida y color...
Cuando los otros habitantes notaron mi presencia, comenzaron a reunirse| en la plaza. Vestían colores vívidos y extravagantes. Los miré confundido. No porque eran jóvenes - ninguno de ellos podía ser mayor de 40. Tampoco porque emanaban una vitalidad... intoxicante. Lo más extraño fue que no les alarmó mi llegada. Obviamente, yo no pertenecía ahí, pero no me miraron como un invasor. Me mostraron sonrisas genuinas y acogedoras. Pero lo más peculiar, es que cada uno llevaba puesto el mismo collar azul.