Cuenta una antigua leyenda que una Noche de San Juan, un
joven pastor había perdido a una de
sus ovejas. El muchacho la
había buscado y buscado por el monte pero
no la encontró. Así que aquella Noche de San Juan, el muchacho
fue a buscarla por el interior del bosque.
Anduvo y anduvo. Anduvo
más de lo que nunca antes había andado. Exhausto,
llegó a la ribera de un río de aguas transparentes y
se agachó para beber. De pronto…un sonido extraño
lo alarmó.