La expresión de esta semana es más bien un sabio consejo que nos recuerda que no todo lo que es dicho merece ser escuchado. Porque a veces ocurre que la gente habla tonterías; dicen cosas que no aportan ningún valor a nuestras vidas y en el peor de los casos nos hacen daño. Ocurre todo el tiempo. Pero para mejor entender esta frase, tomémosla por partes.