Hoy exploramos
nuevamente un refrán popular. Y aunque su origen exacto
se desconoce, expresa una
sabiduría universal que todos los
hispanohablantes podemos reconocer.
Al mal paso darle prisa significa que
al lidiar con una situación difícil o dolorosa, a veces lo mejor es
tolerar las consecuencias de inmediato y con rapidez para
acabar de una vez con el asunto. En otras palabras,
el malestar que resulta de enfrentar un problema es mejor,
a la larga, que
la angustia que resulta de posponerlo. La verdad es que
cuando evitamos nuestros problemas, lo que logramos es
dilatar una situación incómoda. Aunque en primer instante
nos ahorramos un enfrentamiento,
pagamos el precio con nuestra preocupación.