Es un cliché inevitable en el desamor: quien decide dejar a su pareja, suele decir aquello de “pero podemos seguir siendo amigos”. Tópico patético, o triste consuelo. Lo cierto es que la promesa casi nunca se cumple. Rupturas, hay muchas: malas, muy malas y atroces. De la limpieza del corte dependerá si, al menos, pervivirán, en el futuro, la cortesía y el respeto entre quienes un día compartieron planes y sueños.
El divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea, el Brexit, fue muy duro. Conservar la amistad parecía difícil. El ‘matrimonio’ duró desde 1973 hasta 2020 y nunca fue una relación
Es una debilidad de ciertas personas con poder –políticos, empresarios y líderes sociales– la de tratar a los gobernados con paternalismo. En ocasiones, en el ego del poderoso habita un sentimiento de superioridad: como si los demás no alcanzasen a entender la complejidad de las cosas. Un ejemplo reciente lo tenemos en Venezuela. Allí, el Gobierno de Nicolás Maduro lleva meses tratando a sus ciudadanos como si fueran menores de edad.
Desde julio, el régimen chavista intenta convencer a los venezolanos de que ganó las elecciones, y lo hace sin mostrar las actas de escrutinio. Ahora, sin embargo,
Fue hace muchos años, allá por 1999, cuando por primera vez le preguntaron a Melania Trump cómo se comportaría si alguna vez llegara a convertirse en primera dama de Estados Unidos. En aquel entonces ella conservaba su apellido de soltera –Knauss–, Donald Trump sólo era su novio y el magnate apenas comenzaba a interesarse por la política. La respuesta de la modelo eslovena al periodista del New York Times fue premonitoria: “Sería muy tradicional. Como Betty Ford o Jackie Kennedy. Lo apoyaría''.
Transcurrió el tiempo, Melania y Donald se casaron, y ella tuvo ocasión de cumplir su palabra, o casi
A sus 93 años, la cantante cubana Omara Portuondo es una viajera del tiempo. En ella sobrevive condensada la historia artística de su país: desde la legendaria ciudad de La Habana en los años 50, en la que Nat King Cole y Josephine Baker cantaban en el Club Tropicana –donde una jovencísima Omara bailaba–, hasta la música política que acompañó a la Revolución castrista o, ya a finales del siglo XX, el éxito planetario de Buena Vista Social Club, el grupo de son cubano del que ella es uno de los últimos miembros vivos. Tras más de 70 años subida a un escenario, Omara se retira.
El pasado 3 de oct