Marta: | Hay veces que los superlativos se usan demasiado, ¿no crees? Hotel de primerísima calidad, comida casera de primerísima calidad, helados de primerísima calidad… tapas de primerísima calidad. |
Alberto: | Mujer, los empresarios no anunciarán sus productos diciendo… hotel pobrísimo, comida casera paupérrima… o tapas malísimas. ¿Quién compraría o iría a un sitio con semejantes calificativos? |
Marta: | Por supuesto que no… pero todo es subjetivo. Por ejemplo, vamos a un restaurante a comer tapas y … pedimos patatas bravas, ¿vale? Nos traen un plato grandísimo de patatas bravas y... ¿qué pasa? Todos en el grupo tenemos opiniones distintas. |
Alberto: | Uno dice… "estas patatas están muy buenas, buenísimas". Otro dice, "¿en serio? Yo creo que están malísimas"... Y otros dicen, "la salsa, ¡cómo picaba! ¡Qué picante, picantísima!" |
Marta: | Y otros pueden encontrar la salsa no tan picante o muy poco picante. |
Alberto: | ¡Todo es subjetivo! Por cierto, Marta… ¿qué tapas te gustan más? Las patatas bravas son una de mis favoritas, las encuentro riquísimas. |