La fachada de la sede del Banco Central Europeo en Frankfurt se ha engalanado con un espectáculo de luces para recibir el 2022: el año en el que el euro cumple dos décadas en circulación. La moneda común, compartida hoy por 340 millones de personas de 19 países, está considerada como el mayor éxito de la integración europea. Hace menos de diez años, sin embargo, el joven euro llegó a estar herido de muerte.
El desplome financiero mundial de 2008 provocó una aguda crisis de endeudamiento en la Eurozona. Los mercados comenzaron a exigir intereses desorbitados a cambio de comprar deuda pública de
La actriz Paz Vega; el chef Sergi Arola; la red social Twitter; el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti; o el cuñado del rey Felipe VI, Iñaki Urdangarín. Todos ellos tienen algo en común. Sus nombres destacan en la clasificación anual de mayores deudores al fisco en España. Hacienda actualizó en la última semana de 2021 esa ‘lista de la vergüenza’, que incluye a quienes adeudan más de 600.000 euros a la Agencia Tributaria: un relación de más de 7.200 personas y negocios. En el apartado de las empresas, lidera la tabla la firma inmobiliaria Reyal Urbis, que debe casi 38 millones de euros
De entre todas las tradiciones que seguimos los españoles cada año nuevo, la más irrenunciable es la de comer doce uvas exactamente a medianoche: una por cada campanada, siguiendo el ritmo que marcan los tañidos del reloj de la Puerta del Sol de Madrid. La celebración, sin embargo, ha vuelto a atragantarse por segundo año consecutivo debido a la pandemia de coronavirus. Durante la última semana de 2021, España ha ido superando día tras día las máximas cifras de contagios diarios desde que comenzó la emergencia sanitaria —hasta más de 160.000 nuevos positivos notificados en solamente 24 horas—.
Siempre es ilusionante estrenar algo nuevo, ya sea algo tan simple como un objeto muy deseado, o algo tan decisivo como una nueva etapa en la vida. Comenzar a escribir las primeras líneas de un cuaderno en blanco es emocionante, porque nos da la impresión de que todo es posible, de que seremos capaces de cualquier cosa, de que podremos conseguir por fin aquello a lo que aspiramos con tanto anhelo. Por eso festejamos en todo el mundo la llegada de cada año nuevo, porque nos invita a imaginar la mejor versión de nosotros mismos. Es el momento propicio —como dicta la tradición— para pensar nuestr