¡Hola, y bienvenidos todos a un nuevo episodio de nuestro programa informativo semanal! Yo soy Gonzalo, y hoy es miércoles, 14 de julio de 2021. Hoy comenzamos el programa con una buena noticia que llega desde China, donde el panda gigante ha dejado de considerarse especie amenazada. Después, hablaremos de las misteriosas “prestaciones personales” que estipula la propuesta de Ley de Seguridad Nacional española, y de un exitoso negocio sobre ruedas que llega al rescate de la “España vaciada”. Dedicaremos también un segmento a comentar la histórica reapertura del Pazo de Meirás, y cerraremos el programa discutiendo la última “ocurrencia” del presidente ruso, Vladimir Putin.

El panda gigante es un icono del conservacionismo. De hecho, como sabrán, el logotipo del World Wildlife Fund (WWF), una de las organizaciones conservacionistas más populares del mundo, es un oso panda. Pero, según el propio WWF, el logo de la organización fue inspirado, hace décadas, por un panda gigante… del zoológico de Londres.

Hubo un tiempo en que estos animales habitaban la mayor parte de China y países del sudeste asiático. En la actualidad, las cosas son muy diferentes. Debido principalmente a cambios provocados por la actividad humana, los pandas gigantes se han visto confinados a una

Los conservacionistas saben que, aunque la situación del oso panda ha mejorado, no pueden bajar la guardia. Algo parecido ocurre con la pandemia de coronavirus. En algunos países, las cosas están mejorando, pero, como les contamos en la siguiente noticia, debemos contemplar el futuro con precaución.

Una de las cosas que han quedado claras durante la pandemia de coronavirus es que, en una situación así, la cadena internacional de suministro es poco confiable. Lo hemos visto, entre otras cosas, con las mascarillas, con los respiradores, con los equipos de protección del personal sanitario, y, por supuesto, también con las vacunas.

A estas alturas, parece dudoso que podamos deshacernos por completo del coronavirus, incluso con la ayuda de las vacunas. Pero, sea éste u otro virus, personalmente tengo poca confianza, debo admitirlo, en que en los próximos años el mundo no vuelva a sufrir una pa

Los protagonistas de la siguiente noticia no necesitan que nadie les reclame “prestaciones personales”, porque, como verán, ya llevan tiempo ofreciendo sus servicios en lugares a los que otros no llegan.

Me imagino la llegada de The Hair Truck al pueblo de Gargallo, en Teruel, como la escena de la película El Espiritu de la Colmena en la que el cine ambulante llega al pueblo. El film de Víctor Erice está ambientado en un pequeño pueblo castellano en los años cuarenta. La llegada del camión, cargado con el equipamiento para la proyección de cine, es anunciada a gritos por los niños del pueblo, que corretean alborotados alrededor del vehículo.

Una evocativa escena que vemos como algo perteneciente al pasado. Pero, como es sabido, la historia se repite. En Gargallo, como contaba el diario Vozpópul

A quien ciertamente le gustaba pasar temporadas fuera de la ciudad era al dictador Franco. Ahora, una propiedad que llevaba décadas en manos de su familia, pero que en realidad nunca le perteneció legalmente, acaba de abrir al público.

Todavía no había acabado la guerra civil española, y el autoproclamado jefe del Estado, —y futuro dictador— el general Francisco Franco, ya comenzaba a recibir “regalos”. En 1937, el conde de las Almenas hacía testamento en favor de Franco, y le cedía la finca el Canto del Pico, de 820.000 metros cuadrados, y un palacete con capilla, la Casa del Viento, situado en la propiedad. En 1988, más de 10 años después del fin de la dictadura, los herederos de Franco vendían la Casa del Viento y parte del terreno, embolsándose el equivalente a casi 2 millones de euros. Un negocio redondo de entre los mu

Y de un dictador español de antaño pasamos a un autócrata ruso de la actualidad: Vladimir Putin. En el segmento final del programa, planteamos la pregunta del millón en estos últimos días: ¿Qué pretende Putin con su “guerra al champán”?

Viendo en los medios fotografías de gente que ha cometido crímenes violentos, suelo preguntarme si, en caso de encontrarme con una persona así, sería capaz de anticipar el peligro. En general, me temo que no, y un buen ejemplo de ello es el presidente ruso, Vladimir Putin. Un individuo peligroso que, con toda probabilidad, ha ordenado cometer actos abominables. Sí, su rostro suele tener una expresión algo impasible, pero ¿un asesino? Casi puede intuirse en él un sentido del humor pícaro deseando salir a la superficie… quizá con unos tragos de vodka. O… de champán.

La “guerra del champán” rusa d