Julio: | María, ¿tú te crees algunas de las historias de terror que se cuentan? |
María: | ¡Ay, por favor, Julio! ¿Crees en ese tipo de cosas? ¿En La Llorona, el espíritu de una mujer que se lamenta por las noches cerca de los ríos? ¿El hombre del saco, que es solo una historia para que los niños no se porten mal? |
Julio: | En América Latina hay muchísimas leyendas de este tipo. ¿Te piensas que no hay ni una que sea cierta? |
María: | ¿Qué quieres que te diga? Toda mi vida escuché la leyenda de El Silbón, un hombre que asesinó a su padre y ahora se arrastra como un alma atormentada silbando. No te lo niego; si estoy sola y en el medio de la noche me despierto por un silbido... ¡se me hiela la sangre! Pero de ahí a que me crea que es una historia verídica... |