Saludos, queridos oyentes. Me llamo María y les doy una calurosa bienvenida a nuestro programa informativo semanal correspondiente al 31 de enero de 2024. Nuestro repaso a la actualidad, esta semana, comienza en Suecia. El país escandinavo ha dado un significativo paso adelante para su integración en la OTAN, asegurándose el apoyo de Turquía tras una negociación extenuante. Ahora, para culminar su ingreso en la Alianza Atlántica, Estocolmo necesita el aval de Hungría, que —siguiendo el ejemplo de Ankara— aspira a cobrar un alto precio a cambio de dar luz verde.

Suecia acaba de superar un obstáculo mayúsculo en el complejo procedimiento de ingreso a la OTAN. Estocolmo ha logrado el apoyo definitivo de Turquía, uno de los miembros más poderosos de la Alianza —y también uno de los más incómodos, bajo el régimen autoritario de Recep Tayyip Erdoğan—. El pasado día 23, el parlamento turco ratificó el visto bueno de Ankara a la candidatura sueca, tras más de un año de intensa negociación entre ambos Estados. De este modo, solo queda un último escollo para que la OTAN admita finalmente al país nórdico: el voto a favor de Hungría, otro problemático integrante

Vamos ahora a Colombia, específicamente a Bogotá, donde un novedoso proyecto educativo está permitiendo que adolescentes con escasos recursos económicos accedan a una experiencia didáctica de primer nivel. Los alumnos de este programa reciben clases de matemáticas impartidas por docentes de las universidades más prestigiosas del mundo.

Para contemplar de un solo vistazo la enormidad de Bogotá, no existe un lugar mejor que el cerro de Monserrate, un mirador privilegiado en la imponente cordillera que amuralla el costado oriental de la ciudad. En los días de cielo despejado —no demasiado frecuentes—, esta atalaya ofrece una perspectiva insuperable para observar los profundos contrastes que caracterizan a la capital colombiana. Desde este punto, la mirada puede viajar en solo un instante desde los barrios más opulentos hasta los arrabales más desfavorecidos del extrarradio. En la esquina suroeste del área metropolitana, en el m

Y de los brumosos cerros de Bogotá, nos trasladamos a la ruidosa Ciudad de México. Allí, la Plaza de toros Monumental, una vez más, se convirtió en un símbolo de la lucha entre los aficionados a la tauromaquia y los defensores de los derechos de los animales.

La plaza de toros más grande del mundo es la Monumental de Ciudad de México. Es uno de los templos icónicos de la tauromaquia junto con la Plaza de las Ventas, en Madrid, y la Plaza de la Real Maestranza de Caballería, en Sevilla. Fue inaugurada en 1946 y sus tendidos tienen capacidad para albergar a 42.000 personas. En el día de su estreno, los presentes pudieron ver la faena de leyendas como Manolete, El Soldado y El Berrendito de San Juan. A la Monumental se la conoce popularmente como Plaza México y por su coso han desfilado algunos de los mejores toreros de la historia.

La tauromaquia tie

Y ahora, para cerrar nuestro recorrido, me gustaría contarles la historia de un artista que es una fuente de inspiración, así como un maravilloso y conmovedor ejemplo de nobleza y valentía.

Ayer me enteré de que Samuel Mariño, el soprano venezolano que triunfa en Europa, estará de gira en febrero y marzo por Italia y España. Como tengo muchos amigos viviendo en esos países, rápidamente compartí la información en mis grupos de WhatsApp. En uno de esos grupos, una antigua compañera de clases corrigió lo que pensó era un error: “Los hombres son tenores, las mujeres son soprano”, me dijo. “Cierto”, le respondí. Por eso mismo Mariño, como soprano masculino, tiene una voz muy especial.

Mariño es uno de los pocos hombres que pueden cantar en el rango de una soprano. Eso es una rareza. Na