El niño entrenó dos veces por día durante seis meses para realizar el ascenso. El año pasado ya había subido al Kilimanjaro, el pico más alto de África. En esta ocasión, Tyler contó con el apoyo de su padre y formó parte de un grupo de escaladores que reúnen fondos para combatir la distrofia muscular.
El Aconcagua, ubicado en la cordillera de los Andes y