Europa intenta reforzar los derechos sociales
22 November 2017
Los líderes de la Unión Europea están claramente preocupados. Lo que nació como una manera de propiciar la unidad y establecer la paz tras siglos de guerras ininterrumpidas, ahora comienza a hacer aguas por todos lados. Primero fue el amargo divorcio del Brexit. Luego fueron los riesgos, afortunadamente superados, de que los populismos xenófobos se hicieran con el poder en Francia, Holanda y Austria. El autoritarismo campa a sus anchas en los gobiernos de Polonia, Hungría y República Checa. Y para colmo de males, la amenaza de fractura protagonizada por Cataluña se ha convertido en el último quebradero de cabeza de la Unión Europea, algo que podría alentar las ansias secesionistas de varias regiones de Italia, Francia, Alemania y Bélgica. "¿Pero qué estamos haciendo mal?”, supongo que es la pregunta del millón que Juncker y compañía se deben haber estado haciendo en los últimos meses.