La total transparencia de un presidente
10 January 2018
El problema principal con Donald Trump es que él es exactamente lo que aparenta ser. No hay trampa ni cartón. Lo que ves es lo que hay. El día de su elección, muchos pensaron ingenuamente, yo incluida, que quizá no todo sería tan malo. Alguna esperanza debíamos preservar ante tan deprimente horizonte. Tal vez Donald Trump sólo fuera un consumado provocador que, luego de haber alcanzado el poder gracias a una estrategia basada en la constante agitación del avispero, se moderaría, entraría en razón e intentaría, al menos, causar el menor daño posible a sus propios ciudadanos. Hace tiempo que hemos entendido que estábamos equivocados: Donald Trump no ha dejado de ser un provocador ni por un momento. Y lo peor es que no hay nada detrás.