Se quiebra la magia entre Trump y Putin
2 August 2017
“Bonito mientras duró”, decimos en mi país. La luna de miel entre Donald Trump y Vladimir Putin ha durado apenas unos pocos meses. El encanto finalmente se ha roto. El indiscreto Congreso norteamericano se ha inmiscuido en la dulce relación, y ya todos sabemos que “tres son multitud”.El pasado 27 de julio, el Senado estadounidense aprobó, gracias a una amplísima mayoría y al común acuerdo entre demócratas y republicanos, imponer nuevas sanciones a Rusia por su descarada intromisión en las pasadas elecciones norteamericanas. Y lo que es aún más significativo: las nuevas leyes aprobadas por los senadores limitan la capacidad de Donald Trump para retirar o dosificar estas sanciones, de modo que se evidencia la total desconfianza que el Senado tiene de su propio presidente. El mandatario estadounidense, tras haber reconocido, finalmente y a regañadientes, que en efecto Rusia se inmiscuyó en el proceso electoral para favorecerle, no ha tenido más remedio que firmar también estas nuevas leyes del Senado. En caso contrario, las sospechas acerca de su connivencia con Putin no habrían hecho más que arreciar.