Italia busca soluciones desesperadas ante la crisis del Mediterráneo
26 July 2017
No quisiera sonar demasiado agorero, pero el mundo, sin lugar a dudas, se encuentra patas arriba. Y lo que es aún más grave: ante los problemas que aquejan a la humanidad en su conjunto, no se vislumbran respuestas sencillas. O peor todavía: no se vislumbran respuestas de ningún tipo, ni sencillas ni complejas.Observemos, por ejemplo. el terrible drama de las migraciones en el Mediterráneo. Debo reconocer que yo fui uno de los tantos ciudadanos bienpensantes que apoyaron la caída del cruel dictador Muamar el Gadafi en Libia. Ahora no lo tengo tan claro. El propio Gadafi advirtió, ante los ataques aéreos de la coalición que buscaba derrocarlo, que su caída conllevaría a una terrible inestabilidad en la región. Una inestabilidad cuyas consecuencias las pagaría Europa. Sus ominosas palabras se han hecho realidad. De alguna manera él mantenía el control no sólo sobre su país, sino también sobre las rutas migratorias que van desde la región subsahariana y desembocan en el Mediterráneo. Ahora que hemos visto las consecuencias, ahora que estamos presenciando la larga y cruenta guerra civil en una región sin Estado, así como los miles de refugiados que mueren ahogados en el mar o que atiborran los centros de acogida en Italia, ¿no nos sentimos tentados de viajar atrás en el tiempo para así poder escoger de nuevo el mal menor? ¿No haríamos lo mismo con Sadam Hussein en Irak? Difícil y peliagudo dilema.