Una celebración de aniversario muy amarga
Donald Trump ha cerrado su agitado primer año de mandato encajando la que es, sin lugar a dudas, la peor de todas sus derrotas. Y eso que ya son varias. No ha logrado hacer realidad ninguna de las grandes promesas con las que sedujo a tantos millones de electores. No ha podido construir su soñado muro fronterizo con México, ni ha conseguido derogar el Obamacare, ni tampoco ha logrado consolidar el veto a la entrada en el país de los musulmanes. Pero todos aquellos fracasos han empalidecido al compararse con la gran humillación sufrida el pasado 20 de enero. Ese día, justo cuando se cumplía el primer aniversario de su ascenso al poder, se produjo el tan temido cierre temporal de la Administración del Estado. Esta parálisis administrativa tuvo graves consecuencias para el correcto funcionamiento del país. Para empezar, aproximadamente 850.000 funcionarios quedaron licenciados y sin paga. Por otra parte, infinidad de museos, monumentos y parques nacionales fueron clausurados. Pero lo más grave de que Estados Unidos haya cerrado temporalmente su Administración es la imagen de deterioro que está ofreciendo al mundo, una imagen que es el símbolo palpable de la falta de entendimiento entre demócratas y republicanos.
El discurso racista de la Liga Norte enciende la campaña electoral en Italia
Los líderes de la ultraderecha, sean del país que sean, lo tienen bastante sencillo para elaborar sus discursos políticos. Simplemente hay que hablar sin pensar antes. O lo que es lo mismo: decir lo que uno está pensando en ese momento, sin sopesar las posibles consecuencias. Algo que, por desgracia, suele coincidir con la opinión de muchos ciudadanos que tampoco se han tomado la molestia de reflexionar demasiado. Ésa es la razón por la que los líderes xenófobos siempre son calificados por sus seguidores como sinceros y valientes por “decir lo que piensan”.
El pasado 14 de enero, Attilio Fontan
Los defensores de los derechos humanos también temen por su vida
Latinoamérica es, sin ninguna duda, la región más violenta del planeta. Año tras año encabeza todas las estadísticas que analizan los datos de asesinatos y homicidios según el número de habitantes. Aunque pueda parecer sorprendente, las cifras de muertos por armas de fuego en países como México, El Salvador, Honduras o Venezuela --si tomamos en cuenta la proporción de habitantes-- superan con creces a las de cualquier otro país del mundo inmerso en conflictos bélicos o guerras civiles. Porque la violencia cotidiana surgida de la delincuencia, en la mayoría de los países latinoamericanos, no só
La visita del Papa Francisco enciende la ira de los mapuches
Karl Marx, al elaborar su célebre modelo teórico, introdujo el concepto de “falsa conciencia”. Según Marx, un individuo aquejado de “falsa conciencia” es aquel cuyos actos y pensamientos no son consecuentes con sus condiciones sociales o materiales. Es el caso, por ejemplo, de un obrero que defiende la propiedad privada y todos aquellos valores morales que se esconden tras el pensamiento burgués. Claro está que el marxismo se refiere, sobre todo, a las contradicciones que tienen que ver con el capitalismo y las condiciones económicas. Pero yo siempre he pensado que también está muy relacionado
Un rebelde abatido sin misericordia
Todo en torno a Oscar Pérez era un misterio. La primera vez que el grueso de la población venezolana tuvo noticias de él, fue el 27 de junio del año pasado. Aquella tarde, los caraqueños presenciaban, con una mezcla de estupefacción e intriga, las imágenes de un helicóptero que sobrevolaba el edificio del Tribunal Supremo de Justicia. El artefacto portaba una pancarta en la que se podía leer: “Desconociendo cualquier régimen que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”. Desde el aire, Oscar Pérez y sus secuaces efectuaron varios disparos. Act