Una aventura psicodélica en el desierto mexicano
6. Visiones aterradoras
Cuando entro en la pequeña
habitación penumbrosa, bastante agotado y
entumecido por el
frío del exterior, veo colores y más colores a mi alrededor.
Pareciera que decenas de constelaciones galácticas de todos los
matices del
arcoiris giraran en torno a mí. Me dirijo al baño,
enciendo la luz y me observo en el
espejo. Abro la boca y de allí
salen expulsados, flotando hacia el techo, divertidos
hilos multicolores. Definitivamente, creo que
me he excedido con la ingesta de peyotes. Tendré que decírselo a Santos,
si es que lo vuelvo a ver. Pero aquel entretenido espectáculo colorido
pronto va a ter